Blogia
HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

Saltar por la ventana

Saltar por la ventana

Él se conocía, mucho, como nadie, como a la palma de su propia mano, incluso se reconocía, nadie se conoce mejor que a sí mismo, y él se miraba al espejo y no disimulaba, solo se conocía, "lo reconozco" -añadía-. Pero ella también lo conocía a él, lo reconocía y coincidían en los reconocimientos, pero también conocía de él cosas que él desconocía de sí mismo. 

Él era, por ejemplo, competitivo a ojos de los demás y de ella, pero él en cambio pensaba que lo importante era participar, y se lo creía. ¿Autoengaño o Ignorancia? Ella, en cambio, pensaba que él no sabía que ella lo sabía, y así creía ella que era un secreto, pero él sí lo sabía. Él sabía que ella lo consideraba competitivo, y de ahí que gracias a ella, él conociera esa faceta suya, aunque no la reconociera. Ambos compartían ese secreto que cada uno creía que era privado. En resumen laberíntico: 

Ella no sabía que él sabía que ella lo sabía.

En psicología explican esta maraña con el nombre de la ventana de Johari, que habla de la privaciad (terreno secreto) lo que yo sé de mí, lo que la gente y yo sabemos de mí y lo que la gente sabe de mí pero yo no sé. 

Ella entró en su ventana, sin tocar, sin llamar, sin que él estuviera preparado para ser descubierto. Ella conocía ya muchas partes del interior de la ventana, la cara visible, la luz, el área para todos los públicos e incluso lo que ella conocía de él pero él no conocía de sí mismo, como su competitividad y demás idiosincracias simpáticas. Y era precioso y necesario para que ambos se reconocieran. Era amor. Pero siguió entrando, a ese cuadrante que nadie ve, que no se muestra, el oculto, el privado, el verdadero y profundo ÉL 

Ahí vomitó.

0 comentarios