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HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

¡Shhh!

¡Shhh!

Llevo dos días sin poder hablar, faringitis aguda, llana y esdrújula, con inflamación y ronquera y me es imposible ejecutar cualquier sonido. Es como esa impotencia angustiosa que me pasa a menudo en los sueños en los que me persiguen y quiero gritar pero no me sale el audio, o quiero advertir a alguien de que le va a ocurrir algo y yo no puedo ejecutar ningún sonido gutural. Hoy en día vivimos lo contrario en esta sociedad que grita a viva voz y no se le escucha, por lo que la angustia es similar. 

El tiempo me ha enseñado que muchas veces (por no decir siempre y convertrime en tremendista) las palabras no tienen valor, o esconden, o confunden, o pierden vigencia si se las lleva el viento. Es por eso que en estos días siento que soy más sincero que nunca y mejor persona. He quedado con gente con la que solo tengo que gesticular, asentir o negar si me preguntan, tal vez subir los hombros en modo de duda, hablar con los ojos y las cejas, labios, "Puff", "Tss". Es muy difícil cagarla así, y si el día de mañana llega el tan recurrente reproche de "tú me dijiste que..." no podrá refutar ni ganar dicho litigio; YO NO DIJE NADA. 

En la comunicación, el lenguaje tiene sus estratagemas y mayéuticas para confundir; por ejemplo si tu pareja te grita un: "Capullo, me dijeron que te vieron besando a Fulanita en la calle" tú puedes rebatir: "Eso es mentira, no me acuses, yo no he besado a nadie en la calle" y si te cree pero el día de mañana una cámara de seguridad de dicha calle muestra cómo besabas a Fulanita en la calle, podrás seguir defendiéndote, diciendo que no has mentido y encima permitirte el lujo de decir que te han difamado con calumnias, porque tú no estabas besando en la "calle"; Tú estabas besando en la acera. "Nunca te he mentido, tengo la consciencia tranquila". Y ya con esa guinda rematas el Sofisma.

Si estos días me llaman por teléfono, cuelgo y mando un mensaje diciendo que no puedo hablar y que vengan a ver cómo me expreso. Sí, porque en la comunicación escrita también caemos en confusiones y trampas. La otra persona puede interpretar que estás cabreado o seco porque pusiste Muak solo con una "K"; o al contrario, interpretar en tu "Ya hablaremos" que quieres quedar para hablar cuando lo que de verdad quieres es quitártela de encima. Hay millones de ejemplos de éstos que cada uno podrá llevar a su territorio y experiencia personal y corroborar dicha teoría tirando de las hemerotecas de mierda que a día de hoy la tecnología nos guarda en mensajes privados de facebook o whatsapp o SMS o el vídeo de tu boda dónde constó en acta tu "Sí, quiero". Refuta eso, ¡Valiente!

En 2002 y sin tener ni idea de esta teoría que me saco hoy de la manga, compuse una canción llamada "Nido en la garganta" que empezaba diciendo: "Como un ave en la tenue voz / con anhelo migratorio de una expedición / hacia una tempestad se escapó una verdad / deshaciendo el envoltorio del amor" y continuaba enumerando con símiles las diferentes formas en las que se pueden escapar las verdades sin palabras. Es por eso por lo que me siento afortunado de mi silencio en estos días. Una huelga de palabras que recomiendo encarecidamente a todo el mundo, tengan o no tengan faringitis. Huelga de palabras y fiesta Háptica. Si quieres saber, toca y mira, si quieres que te entienda, toca. No escuches ni hables, toca. Los dedos son más fiables. Para evitar confusiones, toca. Estos días (y así debería ser siempre) los portavoces son la pupila dilatada, la oreja roja, la mejilla encendida, la piel que eriza, el espasmo incontrolado, el lacrimal que tiembla, el abrazo que no suelta, "disparo en la sien, metralla en la risa"... ¿Que yo dije qué?

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