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HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

Estás a tiempo

Estás a tiempo

De niño jugaba con el tiempo. A veces me gustaba aislarme (no he cambiado mucho) y jugar yo solo con él. Ahora lo explico. Me gustaba mucho el fútbol, el ping pong, el escondite con mis amigos y quitarle coleteros a las chicas e irme corriendo. Si ella me perseguía insultándome con sonrisa de rabia, mi veredicto era: Le gusto. Si no me perseguía para recuperar su coletero sino que seguía hablando con el repetidor alto, el veredicto era: Eres un pringao.

Me gustaba jugar con gente, pero a veces jugaba solo, y de hecho, según me cuentan mis padres, muchos profesores hablaban con ellos preguntándoles si yo tenía algún problema de autismo porque a veces me iba a una esquina alejada a jugar, con el tiempo (ahora voy a eso). A no ser que estuviera la chica del coletero viendo el partido de fútbol del recreo; ahí iba corriendo a hacer mis mejores regates para, lo que se dice en román paladino, "tirarme el rollo". Cuando metía gol y la miraba a ver si había visto mi heroicidad, ella aplaudía y cuchicheaba con sus amigas. En mi cabeza las frases eran: "ay, qué guapo y qué bueno es", pero tal vez dijera: "qué pase más bueno le dio Pancho (el repetidor alto) al flaquito ese que metió... cómo se llamaba?". Eso sí, sea como fuere (pese a que me suene pedante dicen que ésta es la forma verbal correcta de la expresión) siempre acabábamos cantando: "Ganeeemos, venciimos, la paliza se la diiimos". Esa sí que no era la forma correcta del verbo, pero ya ahí hacíamos el subjuntivo sin saberlo.

He alargado el texto porque como dije al principio me gusta jugar con el tiempo. Ahora lo explico. En una de esas esquinas autistas que yo elegía, cogía mi reloj Casio digital, Water Resist 30 metros y con luz, y ponía la opción Cronómetro. Me podía pasar hasta una hora jugando a acertar sin mirar si podía parar el reloj justamente en el segundo 5:00 y si no en el 10:00 y así hasta que atinara en el :00. Se me daba bastante bien, y a veces contaba un minuto para mis adentros, sin mirar el reloj, y comprobaba que sí, que mi ciclo circadiano iba a la misma velocidad que el reloj.

Me obsesioné con el tiempo. Mi película favorita es Regreso al futuro tal vez por eso, y por la genialidad de Robert Zemeckis de enlazar todo a la perfección. A día de hoy cuando estoy en un avión y empieza a aterrizar me hago una cuenta atrás y me digo: "Tocará tierra justo dentro de 348 sg" y empiezo a contar (una vez casi acierto). A veces cuando me despierto pienso: "60 sg y te levantas, estés muerto de sueño o no". De hecho soy de los que pone la alarma a las y 32 o y 33, porque esos dos minutos son gloria bendita. 

Todo esto es porque quería llegar a un mini análisis: Mis dos relojes Casio de la infancia están en un cajón, intactos, uno Water Resist 50m y otro Water Resist 30m. Recuerdo que uno iba más rápido que otro, no se notaba si jugabas a lo de los 5:00 segundos pero sí que cada dos días me daba cuenta de que uno marcaba un minuto más que el otro, y así se fueron distanciando, cada dos días se alejaban un minuto y así hasta hoy que he abierto el cajón y los he visto ahí, avanzando quietos, solo que uno marcaba 30 de Julio del 2014 y el otro 31 de Julio del 2014. Los miré durante un minuto y cambiaban de dígito a la vez, a las 16:00 pasaban a las 16:01 exactamente al mismo tiempo, pero uno con un día de ventaja. Ambos han vivido lo mismo, pero en sus dígitos consta que uno ha vivido más. Es por eso que creo en la relatividad, en que lo que existe es por una estipulación, en que si hoy es día 30 es porque nos lo han impuesto y no porque lo sea en esencia temporal, ya no solo por los cambios horarios o los días bisiestos, sino por esa diferencia de velocidad entre los relojes. Cada segundo pasa distinto en una persona que en otra. Tú, querido Leo, tal vez tengas que reestructurar ahora toda tu personalidad de placebo porque realmente eres Virgo según uno de mis relojes. Y tú, querido lector, tal vez aún estés a tiempo de algo.

O no.

1 comentario

groupies de mexico -

gracias por ayudar a analizar nuestros censores sensoriales