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HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

Cuando lo ves claro. (Espinas clavadas)

Cuando lo ves claro. (Espinas clavadas)

Llevaba tiempo sin graduarme la vista y fui a una clínica oftalmológica para ver si seguía con mis gafas o no. Eran las 19:00, me tocó la última hora y ya no quedaba nadie. La enfermera me nombra:
-¿Víctor Lemes?
-Sí.
-Adelante. Espere dentro un minuto que ya llega la doctora. Tome asiento.
-Gracias.
Me senté de espaldas a la puerta por la que acababa de entrar y empecé a memorizar las letras de la pantalla que la oftalmóloga me enseñaría minutos más tarde para medir mi agudeza visual. De repente, se abre la puerta:
-Cántame una canción al oído y te pongo unas gafas (cantó la doctora)
-¿¡Susana?!
-Qué alegría cuándo vi tu nombre. ¿Cómo estás Vitorino?
-¡Joder! (risas) que sepas que eres la única persona en el mundo que me llamaba así, y espero que así siga siendo. ¡Qué guapa estás!
-Bueno, tú me gustabas más con tu pelo largo, pero no estás mal; compensas con esa barba de malote.
-¿Desde cuándo no nos veíamos?
-¿No te acuerdas? La fiesta de graduación.
-Vaya por dios, y hoy otra graduación. Qué destino éste.
-(risas) Tú y tus jueguitos de palabras. No cambias ¿eh?
-Me cuesta. Pero qué guapa estás… ¿qué hiciste? con lo fea que eras.
-No me decías lo mismo cuando querías ligarme en el Instituto.
-Bah, era por tu dinero, intuía que serías oftalmóloga el día de mañana.
-Qué bandío. A ver, vamos a mirarte esos ojos. ¿Sigues metiéndote con ellos?
-Es que en comparación con los tuyos, los míos son chiquititos y siempre hinchados por la alergia.
-A mí siempre me gustaron.
-Bah, eso era por mi dinero, porque intuías que iba a ser músico y…
-… no tendrías dónde caerte muerto.
-Exacto.
-Pon la barbilla aquí, y mira fijamente al punto rojo, ¿Lo ves?
-Sí.
-Ahora notarás como un leve soplido. No parpadees.
-Vale.
-Cuéntame. ¿Qué es de tu vida?
-Como siempre. Esperando.
-¿A qué?
-A ti.
-Idiota.
-Sigo dando conciertos, no me va mal. Unos meses bien, otros no… ya sabes cómo es esto.
-Pero era lo que querías.
-Y sigue siéndolo.
-Pues no lo dejes. Me gustaban tus canciones.
-Las primeras eran muy malas, no mientas.
-Vale, me gustabas tú.
-Ya lo sé. Y mira que soy malísimo notando eso, pero a ti te lo notaba.
-Mira para un lado y no parpadees. Notarás otro soplido.
-Sí, eso hacía en esa época, mirar para otro lado.
-Cobarde. Yo también te gustaba, no te hagas el duro ahora.
-No era por duro, era por Samuel.
-Ya. Ahora el otro ojo.
-¿Sigues con él?
-Qué va. Lo dejé hace tres años. Me engañó con otra.
-Vaya.
-Si lo sé, te violo en aquel baño de discoteca. Venganza a priori. ¿Te acuerdas?
-Que si me acuerdo… si no llega a entrar aquella chica, nos besamos. No nos faltó nada.
-Yo estaba temblando. Recuerdo hasta la canción que sonaba fuera.
-Nothing Else Matters.
-Buff. ¡También te acuerdas! (Silencio de 5 largos segundos) Ven. Ve diciéndome qué letras ves ahí.
-El tiempo fue a cámara lenta en ese baño. Estaba deseando hacerlo.
-Y yo.
-E-J-K-L-M-O
-¿Y por qué no lo hiciste? Ahora la columna de abajo.
-Estabas con Samuel, habría sido un problema. O-P-L-A-H-K
-O un desencadenante.
-Tal vez. Porque si por mí hubiera sido… ¿Sabes esa tontería de nervios en el estómago y ganas de llegar a clase aunque fueran las 8 de la mañana para verte? Ver qué ropa llevarías. Si te me acercarías ese día a preguntarme algo en clase de música…
-Ay Víctor, si tu supieras que me aprendía las canciones de Sabina de un día para otro, para sorprenderte cantándolas en clase o asaderos.
-Vaya dos tontos.
-No te vi más desde el “casi beso”. Solo hace unos años con tu novia en aquel restaurante. ¿Sigues con ella?
-Qué va.
-¿Qué pasó?
-El tiempo.
-Implacable cabrón.
-¿Te acuerdas cuando me decías que se me dilataban las pupilas cuando te miraba?
-¿Sabes que era un síntoma?
-¿Cómo las tengo ahora?
-Dilatadísimas. Y aún no te he puesto el colirio.
-Malditos ojos que delatan.
-No. Que dilatan.
-¿Y las tuyas cómo están? que no veo muy bien.
-Secreto profesional.
-Siempre tan juguetona ella.
-¿Sabes que siempre fuiste mi espinita clavada, imbécil? Dime la columna de abajo.
-Y-T-U-L-A-M-I-A
-Estás ciego ¿eh?
-Al contrario, lo acabo de ver claro.
-A ver, ¿la siguiente?
-B-E-S-A-M-E
-Sí que lo ves claro sí. ¿Y la de abajo?
-Dímela tú. ¿La ves clara?
-Pone P-O-R-F-I-N
-¿Notaré un leve soplido?
-And Nothing Else Matters.

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