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HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

25S: Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo

Fui solo, quería respirar el ambiente. En mi ciudad, Las Palmas, las manifestaciones no son muy multitudinarias, y era la primera vez que podía vivir una manifestación en Madrid aprovechando mi viajito de conciertos, así que fui, además me gustaba la causa, pero no fui esperanzado, solo curioso. No grité ni un lema de esos en plan automatismo en cadena, no di palmas, no silbé, no era un digno manifestante, no era un digno indignado, solo un peatón curioso que observaba, y a la vez le mandaba mensajes a mis amigos de Las Palmas por móvil, que me preguntaban cómo iba la cosa. Yo les iba informando: "todo controlado, algunas cargas, pero suave por ahora" "está hasta los topes" -por lo visto al final dicen que fueron 6.000, me imagino que los ceros son aleatorios según el interés, pero yo creo que falta uno- "Laura, si estás en Neptuno sal de ahí que están zurrando" le escribí a una amiga tras ver marabuntas corriendo a lo lejos, pero a mi alrededor, todo era pacífico, la gente hablaba, dialogaba, exponía soluciones en las que creían, yo caminaba rápido y solo oía alguna frase entrecortada, o palabra suelta: "libertad constituyente tío.." "qué hijos de puta..." "esto no tiene arreglo..." "...porque los bancos..." ... Incluso me topé con un actor famoso que me gusta mucho pero que no diré su nombre, ya que no se quiso sacar una foto conmigo, así que respeto su privacidad, con el que sin comerlo ni beberlo me vi sumido en una conversación con él y sus amigos, interesantísima, luego les pregunté donde estaba atocha y bajé.

Fue en ese camino cuando ocurrió lo curioso; se supone que ya me estaba yendo pero la gente estaba por todos lados, neptuno, cibeles, congreso, paseo del prado... y ahí de repente me ericé. Se empezó a acercar a mis oídos un estrepitoso silbido, gritos etc y fue cuando hablaron mis poros y los miles de personas que yo fui a analizar. Fue un grito contagioso que taponaba totalmente el oído humano, y ahí noté la rabia, la ira, el odio que los domadores nos están generando. Y de repente me salió un grito que no escuché, pero que mi garganta asegura que lo pegué. Solo me salió decir: ¡¡FUERAAA!! Lo siento, la adrenalina no deja a uno ser creativo, pero fue lo que me salió y en el fondo deseaba, que se fueran todos los políticos al infierno, y me sentí liberado. De repente me sentí uno más, uno de ellos, somos más, lo tengo clarísimo. Lo grité con todas mis fuerzas como gritaban todos mis, ahora, amigos de alrededor, como en esa necesaria y recomendable película "Network" en la que el presentador de Tv incita a los telespectadores a asomarse a la ventana y gritar: "estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo". Pues así, no pude soportarlo más, y ese minuto de estruendo fue para mí la clave.

Salí de allí con Esperanza y todo (y sin Aguirre, obviamente) y eso que siempre he sido escéptico para estas cosas, ya que por desgracia no pasará nada si no sale a la calle la mayoría, y es cierto, muchos por desgracia creen que el movimiento se demuestra Twiteando, pero en fin, pese a pensar en ocasiones en la letra de Krahe que dice que "los omnímodos causan poderes fácticos, hazañas bélicas, actos vandálicos los energúmenos, y los pacíficos actos inútiles, entre los lúcidos cunde el desánimo..." Esta vez no me pareció tan inútil mi acto, y mi lucidez salió animada... sería cuestión de tiempo su futuro desvanecimiento.

Luego empecé a ver cargas policiales, escuchar disparos, ambulancias, furgonetas de policiía atravesando medianas como en las películas, helicópteros, sirenas, gritos y me fui de esa barbarie. Mi amiga la de Neptuno me mensajeaba: "esto es la guerra civil" mis amigos de Las Palmas acojonados preguntando, yo más acojonado aún sacando fotos y tranquilizando: "esto se calienta, pero no hay tanques, tranquis". Y luego llegar a casa y ver vídeos en los que apalean a ese tipo de la camisa de rayas que bajaba tan tranquilo con su novia al lado mío por Atocha una hora antes, o imágenes de algunos de estos funcionarios traumados por abusos y burlas en el colegio de pequeños, que cargan sus traumas contra nosotros, disparando incluso dentro de la estación de tren, me refiero obviamente a la policía sobreactuada, y a sus amigos infiltrados que calentaban el ambiente... y ahí se me volvió a difuminar la esperanza, la mía.

Pero no es ese mensaje desesperanzador el que quiero dar, sino el contrario, que sigamos, que tal vez tras tanto insistir, esos funcionarios a los que también le congelan sus sueldos y también se ven afectados por las medidas y quizás tengan hijos enfermos que cuidar y se vean hasta el cuello con tanto recorte... tal vez se quiten la visera de los ojos, y vean que tienen que ponerse al otro lado y gritar ¡¡FUERAA!! y metan uno a uno en la furgoneta a los enchaquetados que nos dictan sentencia, y les tomen sus datos, y les digan "quedan ustedes detenidos por encima de sus posibilidades" y yo me sienta orgulloso de mi país, y no tenga que soñar escribiendo.

1 comentario

Anonimo -

El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas...Un mundo de miedo y de tormento, un mundo de pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más despiadado. El progreso de nuestro mundo será la consecución de más dolor...Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano…”
La palabra crisis o progreso que muchas formaciones políticas utilizan en sus discursos hipócritas,en realidad esconde lo que citaba Orwell: la mayor involución humana, como nunca hubo ni habrá.