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HIPOCAMPO DE CONCENTRACIÓN

Lucini, que es gerundio

Lucini, que es gerundio

Lo conocía de oídas... "¿Has visto lo último que ha escrito?" "Él dice que ese tío es muy bueno..." "Es el máximo sabio sobre la música de autor" y mil frases más que, repito, siempre me llegaban de oídas, hasta que un día, muy importante para mí ya que celebraba mi 30 cumpleaños y el primer premio de un certamen muy importante de cantautores, me llegó un mensaje personal de él: "Víctor, acabo de enterarme de tu premio, muchísimas felicidades y un abrazo grande, tenemos que hablar, cuando pases por madrid no dudes en avisarme. Fernando Lucini". 

Y dejó de ser un "oídas" para convertirse en un detallazo. Le respondí, le agradecí, hablamos, fui a Madrid, y aquel ente famoso, aquel Sanedrín, aquel personaje tan reconocido y emblemático en la historia de España, me saludó, me abrazó e incluso me trató como si el Histórico fuera yo. Le regalé mi disco y encima va, y me da "mil gracias Víctor, joder qué ganas de oirlo, te digo en cuanto lo escuche, dame unos días"; pero creo que él no se daba cuenta que el honor era mío por estar ya en sus manos y pronto en sus oídos, y después en su córtex, el córtex prefrontal de alguien que lleva toda la vida escuchando genialidades y me imagino que barbaries, el córtex prefrontal saturado de alguien cuyo criterio debe ser indispensable en la música de este país, el córtex prefrontal zozobrado de arte, música y una base de datos poética que me imagino que le hará ver su entorno con mil perspectivas que ha ido absorbiendo en cada letra que escuchaba o leía... y ahí, muy pronto iba a estar yo, en el córtex prefrontal de Lucini, y me convertiría en un código binario más de su base de datos.

Ya era un privilegio, pero a los dos días me llamó y nunca olvidaré su primera frase: "Eres un cabronazo". Me pasaron mil cosas por la cabeza en ese momento, pero luego matizó "no he escuchado todo el disco aún, estoy ahora mismo en ello, pero me tienes desde la primera canción, me enamoró". Desde ahí hemos estado en contacto más a menudo, le he hablado de algunos de mis proyectos en mente, me habla de los suyos, me ha dedicado algún "cuelgue" como él llama a sus catarsis y desahogos. Le hablé de un videoclip que hice, un tanto provocativo y que se metía irónicamente con la derecha rancia de este país y me ayudó a su difusión, y movió mil hilos para que llegara a todos sitios, habló incluso con figuras de la televisión para que lo escucharan, en definitiva, ME AYUDÓ, y mi pregunta aquí es ¿Qué necesidad? ¿Qué necesidad tiene alguien tan respetable, admirable y admirado, consolidado como figura histórica de la canción... en ayudar a sacar a la luz a alguien del subsuelo? Mi autorespuesta es La Pasión. No veo otra razón que no sea la pasión, la que mueve a este caballero del oído en el pecho. 

Veo desde su blog (http://fernandolucini.blogspot.com.es/) como casi diariamente rescata una canción de alguien olvidado y vuelve a cobrar vida, como ayuda al que empieza a hacerse hueco siempre que vea en él una luz que valga la pena, como ilumina la cara de compañeros que también son retratados por él y les da esperanza en este mundo tan complicado como es la música y sus tejemanejes internos, como se compromete con todo lo que considere arte, "como quien respira". Y todo porque le nace.

Esto, todo esto, no sé cómo se verá desde arriba, desde el acomode mediático, desde el "yo ya vivo de ésto, que se busquen la vida los que llegan" desde la potestad del afianzado, pero desde aquí, desde abajo, desde donde aún se nos cae la baba, desde donde aún hay vida, ilusión y objetivos, estos gestos son agua de mayo; esto que hace Lucini, juro que me nace decir (y prueba de ello es todo lo que aquí se ha escrito) es Admirable. Será más o menos valorado, más por unos que por otros, se habrá creado enemigos (escribir sin hacer mella es muy fácil) le habrá traído problemas, generado envidias, sembrado discordias... pero no podrán negar, partidarios o detractores del Lucinismo, que tanto la raíz como el tallo de la pasión de este lúcido, es Admirable. Y si no lo ven, yo sí, qué carajo.

Por último, he de decir que otro de los desencadenantes que ha provocado este texto es su último mensaje personal hacia mí, gratuito, inesperado pero oportuno, motivador y el que necesitaba justo en ese momento. Tras haberle comentado hace unos días un proyecto bastante pretencioso por mi parte, que yo creía fácil, él me puso los pies en el suelo y me habló, desde su eterna experiencia, de las dificultades que eso conllevaría y de las posibilidades que había según como lo enfocaba yo. Creo que mi tono de voz cambió, y estoy seguro de que lo notó, porque ese mismo día, y al día siguiente y al otro también, me ha escrito sin yo decirle nada, ni mencionarle más el tema, ni nada... solo me escribió fruto de su pasión y su bondad: "Víctor, no te me vayas a desilusionar con el nuevo proyecto, ¡vamos a por él! pero pensemos cómo, cuentas conmigo para lo que sea, sigo dándole vueltas, tienes que hacerlo y tenemos que conseguirlo, además después del día 16 me voy a sentir más fuerte que nunca. Un abrazo inmenso, seguimos soñando y hablando". Y ese Es Fernando, nombre que no es casual que tenga terminación sintáctica inacabada.

Su referencia al día 16 es un concierto que le van a dedicar en la Galileo, míticos cantautores del país. Krahe, Bergia, Ruibal, Aute, Serrano... y tantos otros, me imagino que, entre otras mil razones, porque ellos también habrán visto en él lo que yo, y cantar, como quien respira, es el modo de agradecer y admirar a Lucini, que es gerundio.

1 comentario

Ciudadano Kamikaze -

chapó ¡¡ maestro Lemes.
Fernando se merece este y mil encuentros más para disfrutar de la pasión de las canciones y de cantar como quien respira.

Un abrazo del Kamikaze (más conocido entre los canarios como Chekín, ese godo de Cuenca amigo de Aissa, la de Telde, jajajajajaja)