El Papa les desea Feliz Novedad
En plena víspera de navidad sale a la luz un titular desconcertante de manos de alguien aún más desconcertante, el Papa. Cuando los más tradicionales están a punto de comprar sus árboles de navidad y sus Belenes, ahora resulta que, empíricamente probado, no había ni Buey ni Mula en el Belén. ¿Por qué? Porque allí donde se oiga Belén siempre habrá un paparazzi, y éste debió corroborar que allí solo había un tubo de ensayo y un bebé probeta , o simplemente un cuernudo llamado José y una adúltera llamada Virg… María. Virginia María. La estrella guía por lo visto era una supernova (ahora se nos puso científico el Ratzinger) y como la versión siga desvariando, los reyes magos se convertirán en tres niños que iban de portal en portal pidiendo caramelos por Halloween. Y el ángel tan solo un voyeur.
Leyendo todo esto solo se me ocurre un símil de la iglesia con las relaciones sentimentales. Como cuando le sueltas una mentira a tu pareja y no se la confirmas por miedo a su estado de ánimo. La has engañado, te has ido con otra, le has quitado dinero, le has usado su tarjeta de crédito, ya no la quieres pero no te atreves a decírselo, alargas y alargas buscando el momento idóneo para la confesión y solo te sale ir detallito a detallito, con vaselina, para que no duela tanto.
Un día empiezas con un “cariño, hay una chica en mi oficina muy simpática” otro día le dices “cariño, mañana es el cumpleaños de esa chica, nos han invitado a todos” al mes le vas confesando con la boca chica que ya no te gusta como le queda ese bañador… pero así, sutil, como el papa… señores, que no, que no había buey. Creo que la iglesia en general sabe lo que vale un peine desde el principio. En su caso, saben lo que vale un cepillo. Les ha dado miedo soltar la noticia de golpe; que si mañana la llamo y se lo digo, que hoy estará durmiendo, que si no puedo decírselo estos días porque es su cumpleaños, que si esta semana sin falta se lo cuento… y así hasta que llegue un día y el párroco de turno, en representación de la Santa Sede, nos diga un 28 de Diciembre: ¡¡Que no!!! ¡¡Inocente!! ¡¡Que era broma!! ¿Como va a haber un dios sobrenatural que lo ve todo? ¿De verdad te lo creíste? Que era una mentirijilla de nada para llevarnos unas perrillas hombre, no te lo tomes a mal. ¿En serio creíste que el mundo se hizo en 7 días? Que no hombre, lo que pasa es que entre patraña y patraña se nos fue el tiempo volando y ya no veíamos el momento para contar la verdad. Pero ya creo que 21 siglos es una buena inocentada, insuperable de hecho. ¿Qué? ¿que ahora qué? ¿Daño? ¿qué daño? No hombre, eso se olvida en cuanto escuchen otra mentira, no te preocupes, ellos son así de volubles, tranquilo que se aferrarán a otro relato. Venga, vámonos de fiesta que hoy hay desfile de niños en el colegio, disfrazados con esas mayitas, y ese paraíso de lujuria no me lo quita ni Dios (que en paz descanse)
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