¡Quítale Reverb!
Este TOC mío de intentar dar significado a todo, incluído lo más nimio e insignificante, y buscarle una metáfora a cualquier circunstancia, ha elegido hoy mi Tortícolis. Así me desperté, tieso, con dolor en el cuello hasta tragando saliva. Soy de esos que piensan que el cuerpo grita más alto que uno mismo y que te manda señales a modo de: "Eh, que te estoy haciendo "ésto" porque tú "lo otro". Pienso que una gastrointeritis o el colon irritable puede ser debido a un estado de estrés, al igual que el bruxismo cuando estás nervioso, el dolor de trapecios cuando hay tensión, la migraña tras las preocupaciones, la erección cuando estás excitado o la sonrisa inerte tonta y gratuíta cuando estás enamorado. El cuerpo nos habla, está claro; aunque no creo que a ese extremo que piensan muchos diciendo que una hernia discal es una metáfora del peso que llevas cargando a lo largo de tu vida o que unos ganglios inflamados salen por callar cosas que quieres decir y no dices (juro que hay quien lo piensa) Me gustaría ver qué explicación da esa gente a un cáncer de páncreas y qué metáfora vital le asignan.
Mi tortícolis tiene una razón clarísima. Dormí "tó cambao" como decimos los canarios. Recuerdo además que me empeñé en meter la cabeza debajo de la almohada buscando comodidad, pero debe ser que el exceso de confort se convirtió en mala postura durante mi inconsciente fase REM. Ahora bien, puestos a ponerle un significado, me dio por pensar que debería vivir en una continua tortícolis, sin poder mirar a otra dirección que no fuera hacia adelante. Que mirar para los lados molesta y ya no te digo el desgarro que suele ser mirar para atrás. Que esos tironcitos en el tendón se deben a un mal movimiento y que cuanto más intentemos girar la cabeza más se sobrecarga el músculo y las cervicales del recuerdo. Que la nostalgia lleve un collarín.
Un mal dormir te deja lesiones, al igual que una mala experiencia; por eso es recomendable fijar la mirada en una posición frontal y no mirar hacia atrás hasta que el traumatismo se suavice con largas sesiones de rehabilitación. Puede que atrás quedaran cosas maravillosas pero es la trampa de toda convalecencia, ya que te incitarán a mirar, y si lo haces, también entrarán en tu campo de visión muchos elementos que querías olvidar y vivencias nauseabundas que, por desgracia, están muy muy cerca de lo que fue maravilloso; así que ni caso, no gires, si te duele no gires; son ecos, fases residuales, astillas recidivantes en tu tabula rasa ya no tan rasa; en definitiva, marcas, benignas o nocivas, pero marcas. Ayudará pensar que ya no existen en tu espacio-tiempo; parecerá que existen por su reverberación (aplicando terminología musical) pero ya no existen. Es solo el efecto Doppler de la memoria que te llega distorsionado como el sonido de una ambulancia al alejarse. Es el maldito "Delay" del dolor, dolor, olor, lor, or, or... ¡Quítale "Reverb"!
¿Mejor? Bien. Déjate el collarín un tiempo. Pero... claro. Quién nos quita esos traicioneros espejos retrovisores.
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