L’actriu Antonio San Juan porta a la Sala Barts de Barcelona el seu espectacle "Mi lucha". Hem parlat amb ella d’aquest monòleg, que és una reivindicació de la diferència i un homenatge al personatge de l’Agrado, amb què va debutar al cine de la mà de Pedro Almodóvar.
La actriz encarna a uno de esos internautas llenos de odio que no dejan de criticar gratuitamente. Antonia San Juan Mejor Hablar YouTube
“Mi único objetivo es tocarte los...”: Antonia San Juan carga contra los haters de las redes
En la jungla. El último videoclip protagonizado por la actriz titulado ’Hater Hater’ es una oda a los ‘odiadores’ que habitan en internet para humillar y difamar gratuitamente a otras personas.
“Estoy todo el día al acecho como un depredador esperando a que alguien diga algo para entrar en acción. Me encanta hundir a los demás para pasar el rato, es más fácil insultar y criticar desde el anonimato”. Así de clara es la letra de ‘Hater Hater’, el último tema del compositor Víctor Lemes y protagonizado por la actriz Antonia San Juan que está dedicado a todas esas personas que dedican su vida a odiar a diestro y siniestro a través de las redes sociales.
“Es algo que siempre había comentado en mi entorno y algo que también he vivido en carnes, así que digamos que había un germen ahí dentro macerándose. Pero no se materializó hasta que un día Antonia me mandó un Whatsapp diciéndome ‘Víctor, se me ha ocurrido una idea para una canción que hable sobre una chica que está todo el día amargada en su casa, no estudia, no trabaja, se mete con la gente en redes sociales, trata mal a la madre, todo le parece mal... se te ocurre algo?’, y le dije ‘lo que viene siendo una ‘hater’ ¿no?’. Lo curioso es que, pese a sufrirlo en carnes, ella no conocía el concepto en sí y fue a raíz de aquella conversación como empecé a ponerle letra y música a su idea”, explica a EL ESPAÑOL Víctor Lemes, compositor de ‘Hater Hater’ y actual telonero de la obra de teatro ‘Mi Lucha’ escrita y protagonizada por la propia San Juan.
En el vídeo, la actriz se mete en la piel de un auténtico ‘hater’. Uno de esos internautas ‘odiadores’ que, tal y como dicta su propia definición de ser, emplean su tiempo en despreciar, difamar o criticar destructivamente a una persona, a una entidad, a una obra, a un producto o a un concepto en particular, por causas poco racionales o por el mero acto de difamar.
Mi único objetivo es tocarte los ‘botones’ y aunque no te conozca te voy a joder la vida
A imagen y semejanza de los que abundan en la vida, la ‘hater’ del videoclip se levanta tarde y sin absolutamente ningún quehacer relevante en su vida más allá de meterse en internet para volcar sus miserias y frustraciones atacando -por lo general a través de perfiles ficticios- a todo aquel que sea mínimamente feliz o exitoso.
“En la vida real nadie me quiere pero aquí estoy en mi salsa. Soy muy valiente escondiéndome tras una cuenta falsa”, explica la letra incidiendo en la idea de que las personas que se deleitan criticando sin ningún tipo de base racional a otras personas, lo que hacen realmente es proyectar sus defectos en el resto para no afrontar sus propios problemas y carencias (que no suelen ser pocos).
“Un insulto fruto de la envidia y viniendo de alguien sin criterio no tiene por qué hacer daño, es hasta divertido. El problema es cuando hay acosos, amenazas o persecuciones obsesivas”, explica el compositor. “El fanatismo es muy peligroso porque genera en el fanático unas expectativas que el idolatrado no tiene por qué cumplir”.
Es más. En la inmensa mayoría de las ocasiones, esa actitud, declaración o acción que tanta repulsión despierta entre los ‘haters’ puede que no sea más que el mero trabajo de la persona a la que difaman. Hay mucha diferencia entre la ironía y el humor negro y el nocivo odio gratuito. “Las críticas irracionales de los ‘haters’ que insultan por insultar sin conocer a la persona o con la intención de denigrar, deben ser ignoradas por falta de valor”, opina Lemes.
Tema que Víctor Lemes compuso para Antonia San Juan sobre los "Haters" que habitan en las redes sociales. Videoclip realizado por http://www.spinoffficcion.com/
-Jueves en Tenerife con Rozalén (entradas en Tomaticket) -Viernes en Lanzarote con Manolo Vieira y Piedra Pómez -Sábado en Gran Canaria de nuevo con doña Rozalén (Tomaticket) (Adjunto carteles con info adicional)
Y todo con la colaboración de este riquísimo clima canario que nos invade estos días. Disfrútense!
Cancion de Víctor Lemes incluída en su disco "Está feo que yo lo diga". Interpretada en directo en el CICCA de Las Palmas de GC en Septiembre del 2015:
Álvaro Ruiz (Guitarra Española y coros) Yeray Rodríguez (Batería) Fofi Lussón (Contrabajo) Totó Noriega (Cajón) Víctor Lemes (Voz y Guitarra)
Está pasando. Es diario, a mi me pasó ayer, y antes de ayer, y el otro, y a ti probablemente también, si eres de los que opina, claro, porque si eres el típico que sólo opina por lo bajini te librarás del juicio. Pero si haces público un punto de vista, muy pronto serás víctima de la corriente de moda: “El opuestismo”.
Aunque también está la famosa figura del cómodo y simple silencioso que no alza su voz aunque le queme por dentro, o el que se queja de lo que ha leído pero en petit comité cual paparazzi criticón para no mojarse públicamente, para que “no vayan a pensar de mí que…” o “no sea que me vayan a juzgar”, en esta ocasión me refiero al opuestista, al que lleva por bandera esa corriente que me acabo de inventar, aunque siendo autocríticos, todos hemos sido opuestistas alguna vez (y me incluyo) pero fruto de un calentón reduccionista, no como filosofía de vida.
El opuestismo dícese de la doctrina que consiste en tachar a cualquier interlocutor de lo opuesto a lo que critica, ya sea un simple matiz o una opinión contextualizada.
Y como ni yo mismo sé definirlo bien, pondré algunos ejemplos para que se entienda mejor y nos veamos reflejados en estas situaciones que muchos viviremos diariamente:
Si tú criticas alguna medida del Partido Popular, automáticamente el opuestista te llamará Podemita, así en caliente. No Socialista o de Ciudadanos, no no, sino de lo radicalmente opuesto. Tal vez en frío luego matice y tú logres hacerle entrar en razón y le tengas que enseñar tu tarjeta de afiliado para que rectifique, pero su acto reflejo, su primera reacción, será esa. Pero ojo, que es simplemente por el hecho de discrepar con algo, da igual que tú simpatices con el mismo partido que acabas de criticar. Lo juro, he visto a votantes convencidos del PP criticando alguna gestión de Rajoy y siendo tachado de Podemita. Es ridículo y pese a su tristeza, me suele arrancar una carcajada cuando conozco a los protagonistas y sé la intrahistoria.
Obviamente a la inversa también pasa a diario. Si tú criticas alguna propuesta de Podemos, simplemente porque no te convence, ahí estará el opuestita para llamarte facha. No puedes discrepar en algún matiz, no; lo que diga una cúpula va a misa, ni se te ocurra cuestionarlo porque de repente te conviertes en lo contrario.
O feminazi, que también está de moda ese mote si defiendes los derechos de la mujer. ¿Que pones sobre la mesa los datos oficiales y nauseabundos de violencia machista en este país? ¡Feminazi! Ni siquiera estadista, o documentada, o simplemente feminista, no, feminazi, que es más polarizado aún, más despectivo, más opuestista. Pero ojo, que si cuestionas algún matiz de una opinión feminista, o aportas un punto de vista a modo de “y no crees que…?” ya eres un Machirulo, o Mansplaining.
Y es que para ellos no hay matices ni términos medios, no; solo verdades absolutas y éstas las maneja única y exclusivamente el opuestista, el oráculo que está por encima del bien y del mal. El que se ve con la potestad y la sabiduría suprema para colocarte a un lado o a otro, como si fueras un texto de Word que hay que justificar a la derecha o a la izquierda, y claro, entonces es cuando el que es juzgado se tiene que justificar, pero con la otra acepción del verbo.
“Messi no me parece el mejor jugador del mundo” irá acompañado de un “¡cállate madridista! y ¿quién es? Cristiano Ronaldo, ¿no? Psss Merengue”. Claro, porque no hay más jugadores, no está Iniesta, ni Silva, Ni Valerón… ni siquiera hay más equipos, no está el Sevilla, ni la Ud Las Palmas, ni el Alcorcón.
Es más, si no apoyas a la selección española serás para el opuestista un republicanito o un rojo de mierda, así con retintín; pero es que si la apoyas y vas a ver los partidos con la cara pintada y ondeando la bandera, no te lo pierdas, puede que seas un facha y un franquista y tú sin saberlo. El opuestista tiene esos poderes, te define y saca de ti lo que ni tú sabes que eres.
“Oye, que en Cuba hay una sanidad y una educación ejemplares”. Respuesta: “Pff ya habló el castrista revolucionario, ¿qué eres? ¿comunista?”
“Bueno, pero los EEUU tienen cosas positivas”. Respuesta: “cállate Tio Sam, yankees go home”. (Imposible no recordar aquí la obra maestra de Cuerda “Amanece que no es poco” cuando el alcalde escucha esa misma frase de los americanos y responde con un épico “Vete a la mierda, hombre”.
Por no hablar de que si dices que el Islam no es sinónimo de terrorismo, el opuestista te dirá: “¿qué pasa? ¿que defiendes el yihadismo?”
¿Te gusta la música clásica? ¡Pedante aristócrata! ¿Escuchas a Justin Bieber? ¡Comercial! Da igual el contexto. No importa que lo que quieras es escuchar a Justin cuando sales a bailar y lo compagines con Mozart cuando estudias. No te pueden gustar ambas cosas. Para el opuestista no hay escala de grises, ni otras opciones. Y así será como el opuestista tras leer ésto me etiquete en uno u otro lado.
¿Qué seré de entre todas estas etiquetas nombradas?
Me pregunto para qué sirven en realidad estas columnas de opinión. Si para informar, si para convencer, si para adoctrinar, si para engañar, manipular… tal vez de todo un poco. Unos lo harán con unos objetivos, otros con otros, yo sinceramente lo hago con afán de desahogarme.
Sí, porque informar no sería (no soy periodista), adoctrinar tampoco (no soy un líder de opinión, ni mucho menos) y lo de engañar o manipular no es lo mío, no al menos en este contexto, ya que sí que me invento historias en las canciones, pero aquí no tengo ningún motivo para ello. Tal vez algo en mi interior tenga de objetivo la otra opción, la de convencer, pero eso ya sería imponer que mi punto de vista es mejor que el tuyo, lector, y ante eso no me atrevo a dictar sentencia. Además, a estas alturas convencer es muy difícil, y más en cuestiones políticas, donde ya todos tenemos nuestros prejuicios incrustados e inamovibles. El facha que lea al progre dirá “cosas de progre” y ni se inmutará; y el progre que lea al facha, igual.
Pero hay una cosa que es cierta seas facha, progre, rojo, azul, magenta o cian con longitud de onda inestable, y es que la audiencia nacional le ha exigido al Partido Popular pagar una fianza de 1,2 millones por la contabilidad B que llevó hasta 2008 (que sepamos) y la vida sigue igual, y aquí parece que no ha pasado nada, ni la ciudadanía sale a la calle a exigir responsabilidades, ni hay bajón en las encuestas de intención de voto, ni un flequillo despeinado. Nada.
Es como si nuestro organismo ya hubiera asimilado el virus. Es como el ruido de la nevera, ese que no oyes porque es parte de tu rutina, y sólo cuando deja de sonar es cuando te das cuenta de que ha estado sonando. Eso es la corrupción del PP, el ruido de la nevera que parece que no nos afecta mientras nos va erosionando la trompa de eustaquio. O, para entenderlo con términos sexuales, es ese pene gigante que nos lleva desgarrando tanto tiempo que ya tenemos la cavidad anal amoldada a su tamaño.
Pero este mensaje no es para los que quieren seguir siendo sodomizados porque ya les da igual todo. No, esos no leerán ni una de estas líneas y, si las leen, seguirán en su hipnosis conformista. Este mensaje va para el que aún tiene dudas, si es que los hay. No sé si convencerá pero yo me desahogo, que es mi objetivo.
Ya está. Fin de la cita. Se acabó esta relación. Cambia de pene, te aseguro que ningún otro dolerá tanto como éste; que no digo que no te la vayan a meter doblada dentro de unos años venga quien venga (es ley de vida), pero no desgarrará con esta impunidad y esta alevosía “ruiz” mientras por detrás esboza una sonrisa displicente. Cambia ya de postura. Sé creativo. El gusto está en la variedad. Busca la novedad, hay muchísimas posiciones más placenteras: La carretilla, la flor de loto, el molinete… pero hazte un favor y haz un favor a esta sociedad masoquista potencial: Olvida ya el vuelo de la gaviota.
Anoche mientras leía un estudio sobre el síndrome de Asperger y la incapacidad de captación del sarcasmo, entre artículo y artículo leí en un periódico que “La delegación del Gobierno multará a organizadores del aniversario del 15M”.
¿Y?
¿Qué pasa? A mí me parece que la nueva ley de seguridad ciudadana es una maravilla. No puedo decir nada malo de ella. Literalmente. No puedo. Una ley hecha a medida para promover la libertad de expresión. Una joya creativa de mentes lúcidas que no temen a la indignación. Tardarán siglos en volver a hacer una ley como ésta, limpia, pura, sin trampas. Sólo siento admiración por sus creadores. Un paso adelante en la democracia. Un avance de la razón. ¿Qué mordaza ni qué mordaza? ¡Quejicas! Es Ley Lizipaina. Es ley megáfono. ¿No ves que te están dando permiso para expresarte? ¿No ves que por tu bien están diseñando lo que quieren que digas? Desagradecido tiquismiquis. ¿No ves que te están dando las pautas de lo que quieren escuchar? Desorientado escrupuloso. Ellos son la brújula y tú, insurrecto, no eres más que un irritado antisistema que se quiere permitir el lujo de opinar por encima de sus posibilidades. ¿Pero de qué vas? ¡Sibarita! ¿Y la austeridad? Ahorra pensar, mete tus ideas en una cuenta de ahorro, apriétate el cinturón, si puede ser en la boca, y si no, en el córtex, que ya pensarán ellos por ti. Fíate del sistema, insurgente de pacotilla, todo el día exigiendo derechos, ¿pero qué te has creido con tus grititos de “que no, que no, que no nos representan”? Qui ni, qui ni, qui ni nis riprisintin… cállate ignorante, y vuelve a votarnos, a nosotros, los precursores de esta ley, que somos un partido serio, que tenemos experiencia, de hecho esta ley está basada en nuestra experiencia pasada, de por allá por los años de bonanza, esos que acabaron desgraciadamente para el país sobre 1975. Queremos retomar ese modus vivendi, ¿o me vas a decir ahora que se vivía mal? Esto es lo que necesita el país, no una bandada de extremistas radicales.
Muérdete la lengua, “pensadorcito”, porque hoy la libertad tiene bruxismo.
Habitantes de Tenerife. Este Viernes 20 de Mayo estaré actuando por primera vez en el Regia Comedy. No permitan que mi pérdida de virginidad sea traumática y denme cariño llenando el local de carcajadas, que la entrada es gratuíta. Se animan?
Siempre fui un utópico, un idealista de esos que creían en lo imposible, de esos que siempre apoyaban las causas perdidas solo por principios; pero, con el tiempo, confieso que más que principios últimamente lo que tengo son finales, porque cada vez creo más en que el fin justifica los Tedios, y no hay nada más tedioso a día de hoy que este panorama político actual, este paripé, estos brindis al sol (aunque prefiero el “brindis” al “cara”) este descreimiento cada vez más generalizado.
Nos embarcamos de nuevo en unas elecciones que aparentemente tendrán resultados parecidos y que nos meterían de lleno en un bucle de desgobierno; y el único movimiento que he visto para intentar evitar este Loop es la confluencia de IU-Podemos, y es ahí cuando me vuelven ráfagas de mi idealismo marchito; son pequeños flashes, pero lo suficientemente largos como para arrancarme por unos instantes de este escepticismo, porque por fin alguien está moviendo alfiles y sacrificando torres para intentar un jaque mate.
Ya no vale enrocarse, si se quiere ganar una partida hay que mover, y arriesgar y sacrificar, y estos dos partidos lo han hecho. Han movido ficha sabiendo que dicho movimiento generaría disconformidad interna y bilateral, sabiendo que unos los llamarán “vendidos” y otros “aprovechados”, unos “oportunistas” y otros “desertores”, incluso “traidores” y cientos de adjetivos que ellos han asumido. Mi calificativo es “Activos”. Han hecho algo, han dado un paso al frente y creo que esa valentía es digna de valorar; además espero que sea de buena fe (aprovecho para decir esto durante esta ráfaga de idealismo; tal vez, cuando le dé al Enter, vuelva a ser un escéptico más). El resto sigue inmóvil al borde del camino, salvándose como diría Benedetti, congelando el júbilo, llenándose de calma, pensando sin sangre.
El problema ahora son los Egos, que podría comprender en otro contexto político pero no en éste. Que si “qué pasa con mis siglas históricas”, que si “dónde quedó nuestra ideología” que si “cómo te vas a unir con quien soltó todo tipo de mierdas contra ti”, y ya digo que lo entiendo y lo puedo comprender, todos hemos oído la sarta de descalficativos que tanto unos como otros se echaban en cara durante la anterior campaña, y no son plato de buen gusto para ninguno de los implicados, pero también sabemos que los mejores polvos son los de reconciliación, y que los egos y el “a ver quién la tiene más grande” (la dignidad) ahora mismo sólo serían un lastre para el avance porque lo que interesa es aunar fuerzas.
Este movimiento obviamente no convencerá a ese votante con síndrome de Estocolmo. Ese que se enamora de su secuestrador aunque éste le malvenda, le estafe, le humille y se ría de él en su cara. Ese al que le da igual que su pareja le engañe y le decepcione con corruptelas. Ese que se resigna a la asunción y asume su resignación. Ese que se auto-omite la mierda y re-mitifica a su maltratador y vuelve a caer en la trampa de sus embelecos y sus espejismos de cambio. Ese que vive frustrado pero conforme, atrapado en su inconfortable zona de confort por no arriesgarse a cambiar de parecer (creo que no hay nada más humilde en este mundo que cambiar de opinión; la intransigencia a veces es muy peligrosa, y a mi gusto, afea a la persona). Ese cegado, fiel y dominado votante al que le da igual que le sodomicen porque seguirá votando al mismo.
Pero, tal vez, sí que convenza al que sí quiere cambiar, al que arriesga y al humilde que es capaz de cambiar de opinión sin miedo a que le llamen traidor o chaquetero, y que lo hace porque confía (al menos durante una ráfaga) en un final más feliz que esta trama gore que lleva más de cuatro años haciéndonos Bullying subliminal y Snuff camuflado en austeridad.
Ya tendremos tiempo de volver a cambiar de opinión cuando la coyuntura ponga las cartas sobre la mesa, o de alardear de haber acertado con el famoso y reconfortante “¿Lo ves? Te lo dije. Sabía que esto era lo mejor”. Quién sabe. Pero acabemos con esto. “Basta ya de tanta tontería, porque otro gallo así nos cantaría”
Aquí viene mi niña otra vez y ahí volveré a estar abriendo su pedazo de concierto. Un gustazo como siempre estar con Rozalén dentro y fuera de los escenarios. Y en Tenerife también, dos días antes de este cartel No se demoren que se llenan en un santiamén
He vivido una semana frenética e inolvidable. El 28 de Abril hice mi presentación de este último disco que tan bien está funcionando. La sala Chistera se llenó y decidimos poner otra fecha a la semana siguiente y para mi asombro volvió a llenarse. En medio de ambas presentaciones se viraliza un vídeo mío apareciendo en varios medios de comunicación y llegando a más de 120.000 visitas en 4 días. Mis redes sociales aumentaron su público en 3 días lo que suelo tardar un año. Me ofrecen una cosa en Madrid que ya les contaré y que me tiene la sonrisa de oreja a oreja. Estreno una columna en un diario digital. Se venden muchísimos discos y camisetas. La gente me escribe cosas maravillosas que no están nada feas que me las digan… y yo cada vez con más ganas e impulso para continuar esta aventura tan aleatoria pero vital y necesaria para mí. Me apasiona este Quid pro quo y es un orgasmo para el córtex ver sus caras de felicidad al acabar una actuación. A veces me resulta insuficiente la palabra gracias para tanto subidón de adrenalina. Propongo hacer un brainstorming con mis compañeros de profesión para encontrar otra expresión que supere al gracias y que no quede tan típico, pero hasta que la encuentre tiraré del lugar común, así que gracias, de todo corazón y de todo estómago que es el que se me vuelca con tantas emociones juntas.
Salud, Serotonina, y contrólense las transaminasas.
Hace unos años un programa de radio autonómica me fichó para hacer una canción semanal sobre el panorama actual del país, era una sección llamada el Cantisocial y la empecé justo cuando empezó a salir a la luz la trama de Luis Bárcenas y sus famosos sobres, lo cual me daba carne de repertorio, afortunadamente para mi sección pero desafortunadamente para la sociedad. Semana tras semana y hasta día de hoy he ido actualizando ese repertorio ya que iban saliendo a la luz más casos como el de Urdangarín, rescates financieros, recortes, Gurtel, tarjetas black y todo lo que ya sabemos y desgraciadamente hemos asimilado como algo normal, como un fallo de fábrica con el que nos conformamos y no es necesario pedir el libro de reclamaciones.
Recientemente acaban de salir a la luz otros papeles, pruebas que demuestran lo que ya se sabía pero que cobra importancia al salir en un medio de comunicación y debido a la presión mediática incita al “afectado” (por no llamarle beneficiado fiscal) a tomar responsabilidades como la dimisión, gesto que para colmo hace quedar al sujeto como ejemplo a seguir, como un acto coherente. Sí, es obvio que es un gesto coherente, pero tardío. Así no vale, no vale asumir la responsabilidad una vez te pillan, eso no es coherencia, es “honorabilidad fingida”. Es como pedirle perdón a tu pareja cuando ésta te pilla siendo infiel, como si durante los 10 años de aventura previa no se mereciera una disculpa. La verdadera honestidad no se consigue con una disculpa vacía post facto, esa disculpa es impuesta, obligada como la que le exigió el gabinete de imagen del rey a Juan Carlos para limpiar su imagen frente a las cámaras “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Y así queda uno de coherente, héroe mediático y de “es que también es humano”. La coherencia le nació de la nada casualmente justo cuando lo descubrieron ¿no? Antes no. Claro, porque en el anonimato no hay nada ilícito, todo es ético hasta que se descubre, pero la honestidad con uno mismo, ¿dónde queda?
Los famosos papeles de Panamá han hecho dimitir al ex ministro Soria, que ni siquiera reconoció sus artimañas sino que culpó a una cadena de errores, y encima queda de bueno (para algunos) al irse por el bien de su partido, para no dañarles, debido (recalca) a esa cadena de errores. Todo un héroe, todo un paradigma. Y encima en unos meses, por no decir semanas, lo olvidaremos y quedará en anécdota y “todos esos documentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. Da igual ver naves ardiendo más allá de Orion o una sede de partido financiada con dinero negro; la memoria tiene un mecanismo de asimiliación que por suerte nos ayuda a evitar el suicidio colectivo, porque si no lo tuviéramos, todos los traumas, desgracias y problemas acontecidos en nuestra vida, nos quemarían con la misma intensidad en todo momento y el dolor sería insoportable. Nuestro hipocampo nos salva del dolor gracias al difumino de los recuerdos, pero gracias o por culpa de ese mismo mecanismo tal vez en estas nuevas elecciones vuelvan las oscuras golondrinas, o las negras gaviotas, porque a veces nuestro hipocampo es nuestro propio hipocampo de concentración.
Popurrí de Víctor Lemes adaptado al panorama político-social actual (2016) Las canciones utilizadas son, por orden de aparición: -Volver Volver (Vicente Fernández) -Se me olvidó otra vez (Juan Gabriel) -Cien Gaviotas (Duncan Dhu) -Torero (Chayanne) -Chas y aparezco a tu lado (Alex y Cristina) -Soy Minero (Antonio Molina) -Gloria (Umberto Tozzi) -Mah ná Mah ná (Piero Umiliani) -Yo soy esa (Isabel Pantoja) -La camisa negra (Juanes) -Echo de menos (Kiko Veneno)
Videoclip oficial de una de las canciones del tercer disco de Víctor Lemes "Está feo que yo lo diga" Con la colaboración de Yanely Hernández, Matías Alonso y Spin off ficción